Con derecho de admisión

Dejenme les cuento de las cinco cosas que hacen que nosotras las mujeres temblemos de pavor de el solo hecho pensarlas o imaginarlas, y que en algún momento llegaran:
1. La primera menstruación, que por lo regular no deja ni un buen recuerdo y que nos la vuelve a recordar cada mes.
2. Aquel triste barro al cual se le ocurrió aparecer justo aquel día en que, por fin nos invito a salir el chico de nuestros sueños.
3. Nuestra primera relación sexual, que estoy casi 100% segura ninguna recuerda como el mejor momento de película: romántico y dulce, sino doloroso y regularmente rápido. (ya??!!)
4. La visita anual a la cama menos deseada de todas: la del ginecólogo en el examen del papanicolau, con esa hermosa visión de nuestras piernas abiertas cual tijeras, y ese frió y duro aparato a punto de ver mas allá de lo no visible.
5. Acostadas y de nueva cuenta con las piernas bien abiertas, pero esta vez con un crío pujando a todo lo que da, intentando salir de nuestro cuerpo y haciendo que nosotras supliquemos a gritos a todos los presentes, que por el amor de Dios termine de una vez por todas.
Creanme, no son cosas que una quisiera experimentar mas de una vez en la vida, pero que a fin de cuentas nos suceden por el simple hecho de ser mujeres. Y aquí el punto a tratar es precisamente lo que por causa de genero nos toca llevar, ya sea por decisión propia o porque no nos quedo de otra, elementos ajenos y extraños en nuestros lindos cuerpos.
Un bebe, un pene, una espinilla, un tumor, un espejo ginecológico... todo alrededor de nosotras gira alrededor de algo o alguien que debemos llevar dentro... bien adentro. O bueno, ni tanto a veces.
Ya casi parece a veces que deberíamos traer colgado un letrero que indique: Con derecho de admisión, así como en esos antros de lujo con todo y valet parking incluido: "Si ya sabe, pasele, pasele, aquí estamos para servirle, acomodose donde prefiera".
Y no es realmente tan malo en todos los casos mencionados, por que el hecho de tener dentro de nuestros cuerpos una nueva vida gestándose, es para mi uno de los mas hermosos milagros de los que podamos llegar a experimentar en vida. Nada estoy convencida, se le puede ni remotamente igualar.
Pienso, sin embargo que aunque habrá alguna que no sea en ocasiones tan agradable de traer dentro, son estas pequeñas "cargas" las que nos recuerdan lo muy especiales que somos por ser mujeres. Se que habrá algunas que causen dolor (sino es que todas), otras nos darán alegrías y placer y una que otra un dolor de cabeza seguro, pero que al final nos regalaran esa sensacion rara y única de que por alguna razón valió la pena tanto allanamiento de morada (no siempre eh? aclaro).
Total, que podría parecer que a nosotras féminas nos toco las de perder, pero la realidad es que nos toco las de ganar, y de todas, todas, porque no existe criatura mas afortunada que aquella que con valor soporta y enfrenta dolores de parto, un examen ginecologico, un seno mutilado por causa del cancer e incluso y con dolor lo digo, una violación. A las claras no somos el sexo débil, mas bien y por causa de ello, somos el genero valiente y aunque existiran aquellos que querrán aplastar nuestros cuerpos jamas conseguirán derrotar nuestros espíritus.
Es cierto, llevaremos cargas dentro nuestro, pero al final cada una tendremos la decisión final de a que o a quien le daremos la oportunidad de permitírselo. Y yo los deseo de mientras mucha felicidad, pocos granitos y el doble de todo lo bueno. See ya!
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