A Dios le Pido

Bien dice el viejo y conocido refrán: "No hagas cosas buenas que parezcan malas, ni cosas malas que parezcan buenas". Ya casi va para una semana del famoso concierto que por la paz se aventuraron a realizar en la isla de Cuba los cantantes Juanes y Miguel Bose. Concierto que desde su osada primera insinuación recibió tanto las criticas de unos como los elogios y apoyo de otros. Y el debate mediático se inflo a todo lo que pudo, dando pie a que casi se le consideró una cuestión de carácter político-internacional. ¡Habrase visto! y todo por las "buenas" intenciones de querer hacer algo diferente y de gran impacto en un lugar bien conocido por la represión que ahí se vive y respira de a diario.
Por un lado, los cubanos que desde hace muchos años viven en el exilio en los United States, que consideraron el dichoso concierto una verdadera burla y con tinte comunista, y tacharon a ambos cantantes de insensibles al sentir de no tomar en cuenta su lucha que por años han mantenido contra el régimen Castrista para recuperar sus bienes que les fueron arrebatados; y por otro el de aquellos que simplemente veían en el evento (incluidos sus promotores) una oportunidad única para llevar un mensaje de "cambiar el odio por amor".
Y vaya que le costo a Juanes intentar cambiar algo que por años se ha arraigado en Cuba. Hoy precisamente en la mañana veía el noticiero de Loret de Mola donde se difundió un vídeo del portal de internet YouTube donde se ven a los cantantes unos minutos antes de que diera comienzo el concierto, en un estado por demás alterado y de gran frustración por que les habían comunicado unos funcionarios del gobierno que posiblemente les iban a cancelar todo. Es increíble ver a un Miguel Bosé en un estado de total impotencia llorando por ver que meses de planeación y arduo trabajo estaban a un pie de irse por la cañería, y todo por que querían meter gente del gobierno en primera fila y así aprovechar para darle su "toquecito" político.
Aun las buenas intenciones tienen su costo. Y la gente se pregunta después de todo el relajo, si valió la pena tanto esfuerzo. Cada uno por su lado tiene su mejor opinión al respecto, y los argumentos expuestos son válidos para ambos bandos, contrarios y entusiastas. Aquí lo importante es ver que a pesar de todo quizás si se consiguió algo: mover sentimientos encontrados que aunque en apariencia parecían dormidos, siguen tan vigentes como el primer día que Fidel Castro subió al poder, y que curiosamente este año se cumplieron ya 50 años.
Yo tuve la oportunidad de poder visitar Cuba hace ya algunos años, en carácter de no turista, y pude comprobar que la mayoría de la gente vive en el aislamiento total, y conoce muy poco de lo que ocurre afuera, a excepción de aquellos que tienen algún familiar viviendo en otro país y reciben una ayuda económica de ellos. Y su situación no es precisamente feliz aunque haya quien diga lo opuesto. Por que si así fuera ¿Entonces como es que cada año cientos de cubanos se arman una seudo lanchita y se aventuran a la mar aun a costa de su propia vida para irse a disfrutar el "American dream"?
En fin, que hasta la fecha se le dice a Fidel y su polémica manera de gobernar como: "La voluntad del pueblo". Sea como sea, ojalá que de esto surga un despertar de conciencia que más allá de "La camisa negra" y los intereses políticos, nos ayude a todos a entender con más profundidad, a quienes quizás al final quedaron en el ojo del huracán, y solo fueron alegres testigos junto con su ropa blanca para ir a dar un grito de paz y esperanza: el pueblo de Cuba. See ya!


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