¿Qué nos dejo el año? No apto para cardiacos

Y resultase ser que el año ya se nos acaba. Lo cual me llena siempre en estas fechas de una mezcla de sentimientos encontrados que van desde la alegría eufórica decembrina hasta la total depresión menospausica. Y me consuelo un poco pensando que no soy la única anormal que va por ahí sintiéndose así, ya que de por si esta época como que últimamente no da para andar entonando villancicos, ya que mas bien entre tanta bronca personal y mundial, mas se antoja andar de Grinch encerrados en casa. Sin embargo y a pesar del poco entusiasmo, me puse a pensar y a meditar un poco en que, aunque si bien este no fue el mejor de los años en muchas áreas, si siento que a la mayoría tal vez nos ayudo para ver ciertas cosas en otra perspectiva, y darles un valor a otras en cierta maneras olvidadas.
Fue sin duda, creo yo, este año que esta a punto de cerrar una década, uno de los mas difíciles en cuanto a dinero y finanzas se refiere, porque no hubo quien no haya sabido de algún amigo, familiar o conocido que haya perdido su trabajo, le hayan bajado el sueldo o vivió las de Cain con deudas crediticias fuera de control. En pocas palabras muy poco dinero y muchos gastos.
Lo cual indudablemente obligo a muchos de nosotros a poner en nuestras agitadas y gastalonas vidas un freno de emergencia, y a practicar la austeridad como único modo de sobrevivencia económica. Adiós a los restaurantes de fines de semana y a estrenar ropa o zapatos nuevos cada mes, ir al cine se volvió casi en un lujo, y muchos vieron con nostalgia que las vacaciones anuales tendrían que ser postergadas unos meses mas. Nos dimos cuenta que lo material nos dominaba a tal grado, que al llegar los estados de cuenta sobregirados, fue como una fuerte bofetada para despertarnos a la cruda realidad de que no había manera de poder liquidarlos. El principio del caos para muchos de nosotros, y fue ahí quizás en lo mas profundo y oscuro de la situación, que aprendimos que no todo en la vida es adquirir a meses sin intereses y que todo al final por mas bonito y con descuento no los pongan, tiene un precio que pagar.
Lo increíble de todo esto sin embargo fue que, aunque la lección fue dura de aprender y digerir, nos enseño la cara menos fea de ella. Se comenzó a darle prioridad a las cosas sencillas de la vida como la familia, a entender que no todo se cubre con objetos materiales, y que a veces la simple presencia y el afecto entrañable valían mas que la ropa de diseñador.
Aprendimos a adquirir con conciencia y a comer sin desperdiciar, y aun hubo quien enseño a sus hijos el valor de ahorrar su mesada en lugar de gastársela en un solo día. Total que si estuvo feo esto de la crisis y agréguenle casi un mes de enclaustro por una gripe de origen desconocido. Pero creo que todo esto nos sirvió a todos y a cada uno de nosotros como personas y mexicanos, para darle con mas animo y a buscarle el lado amable a lo desagradable. Por supuesto aun no termina lo peor, pero al menos nos preparo y dio herramientas para llevarla aunque sea agarrados de la esquinita del tronco y así no ahogarnos o ser llevados por la corriente. Aun hay quien sigue pataleando y dándole brazada dura pero lo importante es no dejarnos vencer y convencernos de que pronto veremos tierra firme por mas distante que se vislumbre.
Todos tenemos una anécdota o experiencia que podríamos compartir de lo difícil que la pasamos este año que esta por irse, pero que al final nos mostró de que estamos curtidos. ¿Tu tienes alguna? con confianza platicala y así por lo menos nos daremos cuenta que en este barco no estamos solos.
Yo reconozco que aprendí (y fácil no fue), que si te organizas y administras en todos tus ingresos y ganancias, aunque eso signifique apretarse un poquito el cinturon y recortar ciertos gastos, al final y con esfuerzo se pueden conseguir metas y pagar deudas. Todo esta en poner manos, cabeza, papel y lápiz a la obra, dedicarle un día y por mas que te den ganas de estirarte los pelos o salir corriendo dando alaridos de terror formar un presupuesto. Si a otros les ha funcionado te garantizo que a ti también.
Hagámonos el propósito de que para comenzar con pie derecho el año nuevo, tengamos no solo los pies y la cabeza bien puestos, sino también el bolsillo y las finanzas. Y por cada campanada que suene, todos nuestros propósitos sean para pensar en mejorar, y así salir ya y de una ves por todas del atolladero económico.
Y ahora si hasta aquí le paro, porque también es sabio ahorrar palabras, pero antes de despedirme quiero cerrar el año agradeciendo a cada uno de ustedes que me han honrado leyendo mis barbaridades, que espero de todo corazón que este año que empieza les pinte de maravilla, les llueva cantidad inmensa de bendiciones y sean prosperados en todo lo que hagan, y claro que no falte el amor, la alegría, la salud, el dinero, la pachanga sana y un buen y merecido día de descanso de todos estos trabajados meses. Pasensela bonito y si toman al menos se acuerdan de mi, levanten la copa y digamos... Salud! y como siempre y yo sola digo... See ya! Los Quiero!



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