Levantar los pies, alzar el vuelo, llegar a la meta

Son las 6 am. No se si ya desperte o aun sigo soñando. Escucho un ruido lejano un sonido irritante y repetitivo. ¿Será que voy trepada manejando y es el ruido del motor lo que escucho, o sera el claxon sin cesar de los carros de afuera que quieren a como de lugar avanzar? No, Abro los ojos y enfoco mi borrosa vision aun oscura y fria como la mañana que empieza. Es el maldito despertador que no cesa de recordarme con su pitidito de mierda: "Levanate pi pi... levantate pi pi..." ¡Ya pues! ¡Ya te oi! Como quisiera abrazar de nuevo mis cobijas y asi calientitas solo dormir y olvidarme que todavia hay un mundo que me espera para convivir a fuerzas con el. ¡Bueno fuera! apenas es Martes y para el Viernes faltan como mil años luz. Me paro de la cama, prendo la tele, y al menos la voz del que cuenta las malas nuevas del noticiero me ayuda a caminar lento al baño.
La rutina: me lavo las manos, la cara, los dientes, disque me peino y me dirijo de nuevo a la cama aun ocupada por dos cuerpecitos que al igual que yo se niegan a aceptar que hay que levantarse. Mi hija la mayor despues de varias quejas se para volando al baño, la mas pequeña se incorpora, toma su uniforme, se viste como rayo y se vuelve a esconder bajo las cobijas; Yo me voy directo a la cocina a preparar lonches para la escuela, hacer un improvisado desayuno para ambas y rogar por que se lo acaben.
Todo empeiza entonces, no entiendo como, a tomar velocidad: corre, enciende el carro, "niña date prisa que se nos hace tarde", manejar haciendo corajes y pleitos con los malditos choferes de la muerte rodante, dejar a mi hija en la entrada de la escuela, me devuelvo de nuevo a la casa por la pequeña, unos 20 minutos de lapso en los cuales me dedico a recojer ropa sucia, tender camas y alguna cosa mas que se atraviese y de nuevo de salida en mi recorrido matinal.
Al final, ya por fin dejo a mi niña en su salon sana y salva y ahi estoy, caminando de regreso al carro y entonces viene la disyuntiva: "Y ahora... que?" "¿Me voy de nuevo a casa y me echo un sueñito?" "¿Llego a lavar platos, acomodar ropa, limpiar ventanas?" Dormir es la opción mas seductora, la verdad es que me siento agotada, y eso que el dia apenas recien comienza. Pero aun tengo otra opcion: Ir al parque cerca de la casa y correr como lo vengo haciendo desde hace ya 6 años. Las opciones se vuelven mas cerradas y mis ganas de irme a dormir crecen como espuma en lavadora. Decido, me voy al parque. Pienso que despues de todo la cama ya no me llama tanto como cuando me desperte. De hecho creo, que al final, y despues de recorrer a como se pueda, trotando o caminando, 4 o 5 kilometros, me haran sentirme más poderosa, renovada, libre, y un poquito aunque sea un poquito mas delgada.
La rutina, el quehacer siempre estaran ahi, no hay forma de eludirlos pero un tiempo para mi, mi salud y mi cuerpo son cosas por las que hay a veces que ser un poco egoista y tomarlas como mi primer prioridad cada dia. Total, ¿que tanto es tantito? y ¿que de mucho es demasiado? Despertar cada mañana, levantar los pies, alzar el vuelo y llegar a la meta, ese es mi demasiado. ¿Cual es el tuyo? ¡Sigamos adelante!
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