¿Eres la Bruja del Cuento? o Las Desdichas de Las Etiquetas


No se a ustedes, pero a mi en lo personal me molesta, me rechoca y me cae como patada de burro el que se le impongan "etiquetas" a casi todo en la vida, y sobre todo a las personas. ¿Se tratara acaso de algo impreso ya en nuestros genes? Dejenme les explico: He aquí que existen o se han creado categorías junto con sus respectivos sinónimos de las siguientes situaciones: Divorciada "apestada", soltera "quedada", lesbiana "mañosa", gorda "tragona", flaca "anorexica", rubia "tonta", inteligente "bruja", rica "huevona", pobre, "amolada", etc., etc. etc. y así se siguen y siguen hasta el infinito y mas allá. Y no que con esto pretenda yo insinuar que todas tenemos tan fea costumbre, pero admitamoslo, de que hay quien lo hace, ¡las y los hay! y se ha vuelto una forma tan común de expresarse, que se vuelve algo normal el escucharlas. Y dejen les digo que de normal no tiene NADA. Muy al contrario, es infame, denigrante, prejuicioso y muestra en quien lo practica, una total carencia de sensibilidad.

Aquí les pongo otro ejemplo: Las amas de casa; Las cuales somos y son constantemente etiquetadas al por mayor, pues en muchas ocasiones de arribistas y mantenidas no te bajan, aparte de tener que ser constantemente cuestionadas sobre si lo que realizan es algo honesto y productivo. (Como si atender una casa fuera lo mas sencillo... ¡Aja!)

Y para ilustrarles mejor les contare el caso de una amiga mía que al quedarse su marido sin trabajo, tuvo entonces que quedarse el a atender casa y (nomas) 3 hijos mientras ella se fue a trabajar. Y preguntenme como le fue, ya para el tercer día casi tiraba la toalla, y en tono mas que agobiado le dijo a mi amiga: "Ahora te entiendo cuando te enojabas al cuestionarte que hacías todo el día. En verdad no es nada fácil lo que ustedes se avientan cada día." Y eso que el pobre solo se la paso en haciendo limpieza, porque eso de surtir despensa, ir de gira haciendo pagos y arreglar y hacer otras un mil cosas mas lo hubieran conducido al suicidio. Ahora bien, como todo siempre existe el "dark side" (lado oscuro) del asunto, pues hay que reconocer que también existen las lindas princesas que se la pasan todo el día limandose las uñas y de paso al marido para sacarle todo y gastárselo sin el mas mínimo remordimiento. Pero esa es otra historia... y me saldría del tema que quiero tratar contigo hoy.

Todo esto que te he estado diciendo, son solo meros ejemplos que ilustran a la perfección que nunca de los nunca podremos tener satisfechos a quienes nos rodean, y de lo cual se usa como pretexto para etiquetarnos y etiquetar a su vez, incluso nosotras mismas a los demás.

Victimas-victimarios, sufridas-arpías, villanas-brujas. Pero, ¿Existe en realidad la mala del cuento? ¿O somos nosotras mismas las que le asignamos el rol protagonico al prójimo?

Fijense que actualmente en la ciudad de Nueva York en la muy reconocida zona teatral de Broadway, se presenta una obra que lleva por nombre "Wicked", que traducido seria algo así como "Malvada", y que nos narra los orígenes de Elphaba, que quizás el nombre no te diga en realidad nada, pero que se trata de ni mas, ni menos que de la Malvada Bruja del Oeste, de la muy a su vez famosa historia del "Mago de Oz".

Reconozco que me es difícil imaginar a la Malvada Bruja del Oeste, que en su momento puso en jaque a la adorable Dorothy y a sus tres amigos, haya sido alguna vez una dulce niña con el único defecto de haber nacido con la piel de color verde esmeralda, y de pilon, con unos dientes bastante afilados como los de un tiburón. Pero bueno, así fue, porque en realidad nadie nace siendo mala, hasta que te decides a serlo o peor aun, te obligan a serlo. ¡Y todo por las dichosas etiquetas!

Elphaba tuvo la mala fortuna de que por causa de poseer sus muy curiosas y llamativas formas físicas, fuera además señalada y destinada por las mismas, a ser un engendro del mal puro. Y la neta, ¿Cuantos de nosotros no hacemos lo mismo? gente con apariencia sospechosa que nos topamos, es la que de inmediato etiquetamos.

Dice el refrán que el habito no hace al monje, y mucho de razón hay en ello, porque aunque Elphaba no era un dechado de virtudes y buen carácter (como creo muchas somos realmente), no por ello era justo que se le condenara a algo que no deseaba ser: La Malvada Bruja del Oeste.

La moraleja de esta historia pudiera resumirse a que, aunque no todos son o somos moneditas de oro, se nos debe o debamos de ninguna manera y bajo ningun concepto, de etiquetar y juzgar a la ligera.

Prejuiciar sin conocer es una practica tan natural que nos olvidamos a veces que cada uno en esencia somos especiales. Quizás unos de forma buena, otros no tanto, pero de ahí radica la rica diversidad, en que siendo o al menos tratando de ser tolerantes podremos aguantarnos unos a otros. ¡Porque vaya que si es misión imposible aguantar al vecino! Sin embargo, recordando que quizás uno mismo tenga singularidades que a otros desagraden, es como llegaremos a fijarnos menos en las pequeñeces ajenas, que irónicamente nos convierten quizás en los malos de cuento.

Esperar que todos los demás sean y piensen exactamente como uno, es el camino mas rápido a vivir en la ignorancia y la intolerancia social, la cual en lugar de darnos un lugar en este mundo, como quizás pretendamos, mas bien nos margina y etiqueta.

Así que mis estimadas, empecemos a ver con menos ojos feos y con mas amor a los demás, porque acuerdense, nadie somos perfectos, y la belleza solo reside a través de los ojos de quien la aprecia como es debido. Y no solo me refiero a lo de afuera, sino a lo que cada una llevamos dentro y es lo que finalmente nos define como seres hermosas y únicas que somos. ¿A poco no?

Y pues ya con esta me despido no sin antes desearles un excelente fin de semana, un increíble inicio de vacaciones y que recuerden que por aquí nos vemos, nos leemos y... See ya!
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