En algún lugar, allá afuera
Estaba viendo por televisión la película "Comer, rezar, amar" del libro del mismo título por Liz Gilbert, y aunque reconozco que me gustó más (y de hecho me sigue gustando) el libro, descubro que ver plasmada en imágenes las letras impresas, me mostró un mosaico de ideas diferente y que al mismo tiempo me permitió ver un cuadro más completo acerca de su mensaje: La búsqueda interminable de uno mismo. Liz descubre que a pesar de tener todo lo que ella creía necesitar en su vida, en realidad no tiene nada, y se siente vacía y sola a pesar de estar rodeada de muchas cosas y mucha gente, incluido su esposo, el cual sabe con mucho dolor no es la persona indicada para ella. Y yo mientras me preguntaba ¿Cuantas veces nos sucede en la vida que llega ese temible y horrible punto en el cual uno se pregunta: es esto para mi? ¿Realmente hago lo que quiero, lo que me apasiona? ¿Estoy con quien quiero estar o con quien debo estar? Y lo más importante y crucial aún: ¿Soy quien quiero ser?
A mi me sucedió, y si bien es cierto es aterrador saber que lo que mas creías anhelar en realidad no es lo que estabas buscando para ti, tampoco es el fin del mundo ya que creo yo, a eso hemos venido a esta vida: A buscar, a equivocarnos y a finalmente encontrar en donde se supone deberíamos estar y con quien debemos pasarlo.
Lo increíble del asunto es que la gente vive tan perdida en tantas cosas triviales, tantos problemas cotidianos, que se nos llega a olvidar la esencia de lo que en verdad se supone venimos a este mundo, la meta suprema de nuestra existencia: nuestra realización plena.
Suena fácil, y se supone que así debería ser: fácil, sin embargo nuestra naturaleza ya de por sí complicada y acelerada, nos impide y desvía muchas veces del camino, llevándonos hacía cualquier lado, menos a donde en verdad queremos llegar.
Y es que buscamos tanto, tantas cosas, que la búsqueda de uno mismo siempre queda tristemente relegada hasta lo más profundo del armario, hasta que un día nos damos cuenta que estamos más perdidos que un barco en medio del océano. Y es entonces que suele ocurrir que te sientas, miras hacia todos lados y te preguntas: ¿Donde diablos estoy? o peor aún quizás ¿Porque estoy aquí?
No se si a ti en lo personal ya te paso estó, pero te cuento a manera personal que mi propio auto descubrimiento tal vez no me costo ir hasta Italia o la India como a Liz, pero si fue lo suficientemente "trascendental" como para entender que lo mejor de mi vida se me estaba yendo de las manos por darle más importancia a cosas que en realidad no lo eran.
La búsqueda interminable... suena y se ve muy de telenovela, en realidad no lo es tanto, simplemente se necesita un poco de tiempo fuera, poner nuestra mente y pensamientos en total paz y silencio, y escuchar... Escuchar que te dice tu corazón. Yo puse mis antenitas bien atentas y pude por fin, allá afuera, en la inmensidad, encontrar mi lugar. No me arrepiento, creo que lo que soy ahora es lo que siempre desee ser. ¿Tu ya sabes si estas y eres lo que imaginaste o soñaste? Les deseo un gran día, un excelente fin de semana y claro... Nos seguimos leyendo. See ya!
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